Y si, así es la vida, algunas veces estamos y otras ya nos fuimos...
Yo estaba aquí muy aplicada cuando de repente la vida se empezó a trastornar para bien y para mal, como en un cuento de hadas, vinieron los entes malos y nos dejaron sin Abuela. No, no es un drama telenovelesco. Así tal cual se fue como un día nació, en un suspiro.
Esos días fueron rudos, dejen de lado el sentimentalismo... lo cierto es que la cercanía no era tanta como para cortarnos las venas, los años eran demasiados y la distancia era paradójicamente una barrera entre la Mamá de mi Mamá y nosotras. En fin, en esos días tuve la capacidad de sorprenderme a mí misma. Cuantas tradiciones se pierden con el hecho de hacer las cosas más cómodas para todos... les he de contar que además de doliente, hice las veces de monaguilla, policia de cruces peatonales, organizadora de eventos e incluso creo que hasta fungimos de Católicas... cosas de la vida, y claro, de la muerte.
En fin que con el ir y venir de los días, la vida se hizo más amigable... pero el tiempo se hizo más corto. Tán corto que así de rápido sabemos que todos llevamos clembuterol en las venas y toodo por comer carne! (Si Aja); Tán corto que tuvimos nuestra segunda copa mundial de Futbol juvenil, tán corto que así de rápido nos sacaron de la copa América igual que a Brasil y Argentina...
Tán corto que nos hemos olvidado de las revoluciones del Jazmín (uuuuy que bueno) de las Rosas y de los Indignaos. Aunque siguen ahí.
Todo el tiempo es tán corto que aún seguimos peleando por el frío y el calor, la lluvia y la sequía, tu amor o tu olvido... ¿Cómo es que no nos cansamos?
Yo por lo pronto me he dado mis tiempos para descansar, ir al cine, escuchar música y relajarme... ah! que rico es relajarse y disfrutar de los pequeños placeres...
Solo queda recordar y esperar que si pensamos planear el momento de nuestra muerte, recordemos que nos iremos igual que como llegamos... en un suspiro.
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