Todo fué mágico, un sueño de un día se fue tornando realidad, los días se hicieron más pequeños y súbitamente me vi corriendo en el trabajo y mágicamente estábamos en el último día de Noviembre donde todo iniciaba.
Afortunadamente mi cierre de mes terminó a las 9 pm y entonces salí corriendo a la última cena en México.
Medio cenamos y medio salimos corriendo, yo a preparar la maleta y Josh a acompañarme... Levantada a las 4:30am, fue una ducha rápida y a salir al aeropuerto. Ya en sala vimos q algunos tuiteros aún estaban despiertos, claro ellos llegaban y nosotros ya nos íbamos.
Ya por abordar le recordé a Felipe que ese día al igual que el, nosotros partíamos de un México que ese día cambiaba y volvía a manos del PRI.
Así volamos 6 hrs hasta nuestra primera escala donde nos recibieron con ese rico calor humano canadiense, valga decir que estuve a punto de subirme al avión y regresarme. Nunca me habían recibido así ni en NYC!!
Después de ese primer encuentro con la agente de seguridad, las personas en Aduana fueron un amor. De ahí la espera fue de más de 4 horas durante las cuales leíamos vía Twitter que los disturbios en México eran "intensos"... Graves al ojo Mexicano pues vivimos en un País relativamente pacífico. Quizá por eso nos asustan los disturbios, estamos tan acostumbrados a los manifestantes interminables, con y sin ropa, pero al final tranquilos.
Nos quedamos en el punto de México desenfrenado y era hora de partir a Whitehorse. Todo el resto del viaje fue nuboso, en un avión pequeño con un poco de turbulencia... Y frío, ese frío al que debíamos empezar a acostumbrarnos.
La llegada a un aeropuerto pequeñito, fue singular, los Yukoners se bajaron y se fueron... Sólo nos quedamos los turistas Japoneses, Canadienses y 2 Mexicanitos. Viendo todos un hermoso Alaska bebe corriendo y siendo entrenado por los guardias de seguridad del aeropuerto... Y haya aquí el paso inicial del viaje...
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